James Cameron es hombre de carácter furibundo y no duda en ponerlo en juego tanto cuando dirige como cuando se le crua alguien. ¿Y a quiém no se le cruzó Harvey Weinstein en Hollywood? El productor de Miramax que carga con más de 80 acusaciones de abuso sexual alrededor del mundo estuvo a punto de ser ajusticiado nada menos que por el director de Titanic.
La noche de los Oscars que tuvo al film con Leo DiCaprio y Kate Winslet como protagonista excluyente fue la más exitosa de todos los tiempos. Y si se hubiera visto lo que sucedió entre el director y el productor, la gala sería hoy de colección.
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En un artículo publicado por The Hollywood Reporter, se indica que Cameron no conocía entonces a Weinstein en persona. Para él solo era el tipo que le hizo la vida imposible a su amigo Guillermo del Toro durante la filmación de Mimic (de 1997 al igual que Titanic), por lo que no dudó en reunirse con él cuando le ofreció el trabajar juntos.
"No sabía nada de él aparte de lo que había aprendido de Guillermo del Toro. Guillermo y yo éramos amigos íntimos desde 1991. Me había contado la horrible mierda que le hizo Miramax cuando hizo su primera película comercial americana, Mimic, y lo despidieron", puntualizó el director de Terminator.
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Y continuó: "Los actores, con Mira Sorvino a la cabeza, se rebelaron y no trabajaron hasta que lo trajeron de vuelta. Luego, cuando la película tuvo éxito y fue bien considerada, Harvey se lanzó a recibir elogios por la película. Yo volvía a mi asiento con mi Oscar de montaje y un tipo se presentó diciendo: ´Si quieres venir a trabajar a un lugar que es amigo del artista, amigo del cineasta´, me tendió la mano y yo se la rechacé".
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La tensión del momento puede sentirse en cada palabra de Cameron, quien continuó: "Fue un momento desagradable. Pero sí, defendí a Guillermo y le eché en cara a Harvey sus idioteces. Entonces se puso muy ruidoso y verbalmente abusivo y casi potencialmente violento físicamente. Estuve a punto de reventarle la cara con el Oscar, lo que habría sido muy apropiado, creo", disparó sin piedad el realizador.
"En realidad yo no estaba pensando en hacer eso, era solo el arma que tenía a mano. Lo histérico de todo el momento fue que la gente a nuestro alrededor decía: ´¡Aquí no! ¡Aquí no!´ Era algo así como: ´No pasa nada si se pelean en un callejón, pero no lo hagan acá en los premios de la Academia´".
