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Los Jaivas en la Usina del Arte: Parra, Neruda, Rock & Roll y el pedido por Santiago Maldonado

La banda más importante del rock chileno, próxima a cumplir 55 años, volvió a la Argentina a presentar su espectáculo “Obras de Violeta Parra”.

Foto: prensa Los Jaivas
Foto: prensa Los Jaivas

La fecha de los 100 años del nacimiento Violeta Parra, que será el 4 de octubre próximo, se convirtió en la excusa perfecta para que Los Jaivas realicen en vivo un disco que fue publicado a fines de 1984 -Obras de Violeta Parra-, y que, pese a ser consignado por muchos como uno de sus mejores trabajos, jamás había sido interpretado en directo.

Puntualmente a las 21, el grupo chileno salió a escena y arremetió con dos de sus grandes hits: "La vida mágica, ¡ay, sí!", una cueca introductoria que une Valparaíso con la llegada del grupo a Buenos Aires -allá por los años '70 y "Pregón para iluminarse".

Tras haber encendido a la platea con su carta de presentación, el grupo se volcó directamente hacia la parte fundamental del show que vinieron a mostrar, las obras de una de las folkloristas más importantes de Latinoamérica. Claudio Parra, uno de los miembros fundadores del grupo, ofició de anfitrión.

¡Tocar, tocar y tocar!

Los Parra fundadores de Los Jaivas, pese a no tener relación familiar con Violeta y Nicanor Parra, comparten mucho más que el apellido y la nacionalidad. Violeta influyó fuertemente en el grupo; no en el estilo, sino en la forma de hacer las cosas. O mejor aún, en la libertad para llevarlas a cabo.

Es por eso que no debe sorprendernos que Los Jaivas puedan pasar de una cueca al rock sinfónico más denso. Porque eso son, y así se han movido siempre. Entre el bolero y la psicodelia, entre la baguala y la vanguardia.

Esa versatilidad desbordó el escenario, con Claudio Parra y su estilo clásico al piano; con el polifacético Mario Mutis -otro de los históricos- que puede pasar del bajo a un instrumento de viento o percusión sin que se sepa cuál de ellos toca mejor; el cantante Carlos Cabezas, que tiene la nada fácil tarea de reemplazar al recordado Gato Alquinta; el rockstar Francisco Bosco; y el multiinstrumentista Alan Reale, que pasó de ser fan de la banda a integrarla. Apartado especial para la dama del grupo. Juanita Parra, quien hizo suyo el lugar de Gabriel, su fallecido padre, y a quien la condición de mujer chilena le impide estar en el podio mundial de los bateristas de rock, que sin duda merece.

Violeta, presente

¿Se imaginan a Yes haciendo canciones de Joan Baez? Nosotros tampoco, pero es una buena forma de empezar a entender la transformación de las obras de Violeta Parra en manos de Los Jaivas. Composiciones simples en su apariencia reciben un tratamiento sinfónico, con largos pasajes instrumentales, convirtiendo en piezas de diez minutos canciones que originalmente no llegaban ni a los tres, poniéndole imágenes sonoras a las historias dramáticas contadas por la folklorista. Es el caso, por ejemplo, de "Y arriba quemando el sol', una versión densa, oscura, con guiños al "Bolero" de Ravel.

Queda claro entonces, que quien escuche este disco tendrá un concepto más acabado sobre los Jaivas que sobre Parra. Pero vale decir que si bien no se trata de covers, tampoco estamos hablando de Variaciones. Las canciones están íntegras, intactas, como lo sigue estando la pena de Arauco por la usurpación de los conquistadores -"Arauco tiene una pena"-, como sigue quemando el sol en la mina, como se sigue cortando la yerba de la esperanza en los jardines humanos. Traer Obras de violeta Parra al vivo fue un acierto enorme. En el centenario del nacimiento de la autora, gracias a Los Jaivas, sus composiciones siguen sonando a futuro.

Cantando con Neruda

La despedida estaba cerca, pero el grupo ofreció algunos hits más. Hay que decirlo: Bob Dylan no fue el primer nobel de literatura en ser coreado en los estadios. En 1981, Los Jaivas registraron "Alturas de Machu Picchu", con versos extraídos de "Canto General", de Pablo Neruda. "Sube a nacer conmigo, ¡hermano!" sigue siendo un grito de Unión que los músicos llevan por todo Chile y América Latina.

Todos juntos con una misma pregunta

Antes de que comenzara la función, anoche, alrededor de las 20.30, cuando una buena parte de la sala de la Usina del Arte, donde el público fue convocado al espectáculo con entrada gratuita, ya estaba ocupada, las voces dispersas se unificaron en un solo grito. El mismo que se escuchó en los estadios, los aeropuertos y escuelas. El mismo de 250 mil personas en Plaza de Mayo: "¡Aparición con vida de Santiago Maldonado!"

Más tarde, al momento de presentar los dos temas inaugurales de Obras de Violeta Parra, Claudio recordó que la artista chilena era una defensora de las causas mapuches y la consigna se replicó: "¿Santiago, dónde está?"

Finalmente, el grupo, que hasta ese momento no había hecho mención al tema, interpretó "Todos juntos", el himno anti grieta de 1972, con una dedicatoria especial para Maldonado. No hizo falta decir nada más: Había 1200 personas reunidas en el Auditorio de la Usina del Arte y todos juntos se preguntaron "¿Dónde está Santiago Maldonado?"

Los Jaivas en La Usina del Arte



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