José Sacristán: un monólogo donde el rojo se impone al gris y al negro

 

El título de la obra teatral que será la despedida de José Sacristan se refiere a la pintura Señora de rojo sobre fondo gris, el retrato de Ángeles de Castro que pintó el artista Eduardo García Benito en 1962 y de ahí proviene el nombre de la novela del escritor español Miguel Delibes.

En la novela Señora de rojo sobre fondo gris de 1991, Delibes se inspiró en el drama de la muerte de su inseparable compañera, quien fallece el 22 de noviembre de 1974, con sólo 52 años.

José Sacristán interpretará al pintor Nicolás, quien perdió a Ana, su compañera. Nicolás, un prestigioso artista y padre viudo, hace un monólogo que dirige a su hija que sale de la cárcel tras la muerte del dictador Francisco Franco. La hija de Nicolás y su marido fueron presos políticos de la dictadura franquista. Ambos tienen signos de la angustia de no poder acompañar a la madre durante su enfermedad, tampoco la de estar presentes cuando falleció.

La adaptación teatral de Señora de rojo sobre fondo gris es de José Sámano, José Sacristán e Inés Camiña. La dirección técnica es de Tatiana Reverto, la asistencia de dirección de Inés Camiña, el sonido de Mariano García, el vestuario de Almudena Rodríguez Huerta, la escenografía de Arturo Martín Burgos y la iluminación de Manuel Fuster. La directora de producción es Nur Levi y la producción general y dirección del espectáculo pertenecen a José Sámano. Se presentará entre el sábado 15 y el domingo 30 de este mes, de martes a domingos a las 20.30 horas en el Teatro San Martín. Desde el 2018, Sacristán viene representando la obra de Delibes, en el 2020 anunció que esta será su gira de despedida.

Una trama de amor y política

Nicolás (Delibes) ya viudo habla, recuerda, evoca amorosamente. La hija es una oyente silenciosa y no entra en ningún momento en diálogo con el padre ni hace ningún comentario o pregunta. En su monólogo, Nicolás relaciona un periodo de incapacidad creativa con el fallecimiento de su esposa Ana y reconstruye, además, su vida familiar y social en común y la memoria que él guarda de su mujer. La labor de reminiscencia que realiza Delibes a través de Nicolás está llena de detalles y anécdotas que permiten perfilar perfectamente la figura de Ana, mujer singular que falleció prematuramente y, en consecuencia, la de su mujer Ángeles, así como la de Nicolás, su alter ego.

 

Un escritor que enamoró al cine y al teatro

Delibes sufrió en su carrera literaria la censura del periodo franquista, sus manuales de historia de España y universal, solo se utilizan en la Escuela durante un curso porque las autoridades académicas franquistas los retiran y la censura también lo amenaza en su carrera periodística, ya que en 1952 es nombrado subdirector de El Norte de Castilla y en el 1958, director, época que el periódico comienza a verse amenazado por la censura y se enfrenta a Fraga Iribarne, ministro de Información y Turismo, cuya Ley de Prensa e Imprenta limita cada vez más su campo de actuación en el periódico.

Como periodista, Delibes cuando llega el punto en el que la censura le impide expresarse libremente en el periódico, pasa a hacerlo en la novela; así lo hace por ejemplo en Las ratas (1962), que relata las tragedias en la zona rural castellana. Tras varias advertencias, amenazas y expedientes, en 1963, Delibes decide abandonar la dirección del periódico. En 1964, Delibes viaja con Ángeles a Estados Unidos para trabajar en la Universidad de Maryland. Allí imparte clases y conferencias sobre literatura y novela española.

En el año 1974 sucede, probablemente, la mayor tragedia de la vida del escritor: su mujer fallece prematuramente por un tumor. Delibes quedó devastado; aquella fue la única vez que sus hijos le vieron llorar. El fallecimiento de Ángeles tuvo una gran repercusión la carrera profesional de Delibes. Entre 1974 y 1978, Delibes pasa por un desierto creativo que duró años.

Con la muerte del dictador franquista retornó a su labor periodística, y allí expresó la preocupación social por el peligro de un progreso manipulador y deshumanizante, los problemas del hombre común y fue la voz de la conciencia lingüística que denunciaba el empobrecimiento de nuestra lengua y defendía su riqueza. Además, alertó siempre de la progresiva destrucción de la naturaleza y de la necesidad de despertar la conciencia ecológica en la sociedad.

Su novela de 1981 Los santos inocentes fue otra de sus grandes obras conocidas a nivel internacional. Es el novelista español que más libros se llevó al cine. Nueve de sus novelas fueron adaptadas al cine.

Siempre la crítica le enrostró al escritor su melancolía, su fatalismo y su pesimismo, es decir, más que gris, su lado negro de la vida. Sin apreciar su constante apuesta al lado rojo de la vida, la lucha intima es al mismo tiempo una lucha social y política, que José Sacristán elige como despedida con reflexión sobre los tiempos actuales de España y del mundo.