Por Nicolás Tecce
El grito sagrado: libertad, libertad, libertad
¿Por qué los jóvenes se ven interpelados por las fuerzas políticas de derecha? La libertad posible entre lo real y lo digital.
09 de julio de 2022 - 16:57
Libertad, según la Real Academia Española, dícese de la facultad natural que tiene el humano de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, que lo hace responsable de sus actos. Alexis, Juan, Federico, Iván y Axel son cinco pibes por debajo de los 30 años. Viven en Buenos Aires. Casi nada tienen en común, a excepción de una particularidad: todos votaron candidatos liberales en las últimas elecciones en Argentina.
Para que Javier Milei, uno de los máximos referentes de la ola libertaria, dejara la silla de panelista mediático de los programas televisivos donde vaticinaba desastres económicos y se convirtiera en diputado, se necesitaron 310.036 votos. Un total del 17,03% del padrón electoral de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Ahora, no solo es economista, sino que también político y forma parte de la casta.
“El liberalismo fue revolucionario, progresista, antimonárquico, republicano y también fue otras cosas más conservadoras”, dice Sergio Morresi, Doctor en ciencias políticas e investigador de derechas argentinas del CONICET. Plantea que estas personalidades libertarias emergentes pueden describirse como “liberales preocupados por el orden”, ya que cualquier derecho que este por fuera de los civiles es catalogado como una amenaza a sus dogmas y doctrinas centrales.
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Iván (21) cree que hoy ser revolucionario es ser de derecha. “Me une al liberalismo los tres valores fundamentales: la libertad, la propiedad privada y la vida”, dice el joven estudiante de la licenciatura en ciencias sociales de la Universidad pública de Quilmes. En lo económico, Iván quiere pocas funciones del Estado, es decir, que solo intervenga en la seguridad, la educación y la salud. En este aspecto, se define como un “liberal clásico”. Mientras que, en lo social, es un conservador. “No puede haber derecho a la libertad ni a la propiedad si no hay derecho a la vida”, relata.
“Hay un contexto de derechización del discurso y de la agenda provocado por cuestiones económicas, y políticas de fracaso de este gobierno y del anterior”, sostiene Ezequiel Saferstein, sociólogo e investigador del CONICET, que considera que hay espacios suficientes para que se den prácticas derechistas en Argentina y en la región.
Federico (28) es oriundo de la provincia de Jujuy, pero a los dos años llegó junto a sus padres a Buenos Aires para instalarse en Lomas de Zamora, al sur del conurbano bonaerense. “Si Argentina tuviera en claro las ideas de la libertad, sería potencia mundial”, dice el diseñador gráfico. Además de su trabajo, se encarga de dar cursos sobre cómo generar más interacción en redes sociales. Sus principales alumnos son referentes libertarios de Buenos Aires, Jujuy y Formosa. “La clave de todo esto es la educación”, agrega; y señala que esa es su función principal desde que se sumó a las filas del libertarismo.
Milei tiene 1.2 millones de seguidores en su cuenta de Instagram. Allí no tiene ningún tipo de descripción o presentación. Por el contrario, muestra una invitación a invertir como un verdadero profesional. Por su parte, Cristina Kirchner habiendo sido presidenta 2 veces con mandato cumplido y siendo la actual vicepresidenta, acumula 1.3 millones de seguidores, ubicándose apenas por arriba del economista.
Axel (29) es estudiante de fonoaudiología en la UMSA y coleccionista de cartas de Pokémon y Yu Gi Oh. Al igual que en su cuenta de Twitter, se presenta como “liberal y antizurdos”. En su tiempo libre mira contenido de referentes liberales. El youtuber TipitoEnojado es su favorito. “Estoy mucho tiempo en Twitter porque parte de la militancia está ahí”, dice Axel.
“El proceso de derechización es transversal y pluriclasista. No es solo de los jóvenes de clase media de Palermo”, afirma el sociólogo Saferstein. En el mismo sentido, el politólogo Morresi plantea la existencia de un preconcepto falso acerca de que los votos de la derecha solo son de niños ricos y chetos.
En el barrio de Isidro Casanova, una de las zonas más humildes del partido de La Matanza, vive Alexis (19). Un amante de la literatura que quiere recibirse de profesor en un establecimiento de formación docente de Virrey del Pino. “En las instituciones educativas se habla mal del liberalismo”, sostiene Alexis. Su sueño es que el liberalismo pueda mejorar la situación en la que vive porque, según su parecer, las primeras presidencias liberales habían posicionado a nuestro país en una buena condición económica. Además agrega que, de haber continuado las presidencias con estas ideologías, Argentina sería uno de los países más ricos del mundo.
Si bien Morresi considera que los adultos jóvenes varones se acercan a las derechas porque hay un combate en la ideología de género, no termina siendo uno de los factores determinantes. “La crisis económica no inició con el macrismo, sino que Argentina empezó a tener una inflación alta a partir del año 2011”, dice el politólogo. Entonces, afirma que es razonable que los que estén comprendidos dentro de un rango etario que vivieron las consecuencias del segundo mandato de Cristina Kirchner, y les fue mal con Macri y Alberto Fernández tiendan a derechizarse.
Juan está dando sus primeros pasos en su carrera universitaria. Sueña con recibirse de licenciado en ciencias políticas y poder llegar a un cargo como el de diputado. “Vi a mi familia como se iba deteriorando y teniendo muchas problemáticas económicas por culpa del mal uso de las ideologías”, comenta. Ese fue el puntapié inicial para que empiece a interesarse en la política. Ahora, a sus 18 años es el referente de la Juventud Libertaria de Pilar.
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También, el otro motivo por el cual crecen las derechas entre los jóvenes según Morresi, es la “visión de injusticia sobre cómo opera el Estado”. En ese sentido, se puede decir que viven de manera muy similar aquellos jóvenes que trabajan mucho y los que no, porque el Estado, al final, compensa para garantizar el acceso a los bienes y servicios. “Es lógico desde la perspectiva de un pibe, que pedalea en Rappi todo el día y gana lo mismo que el que hace changas dos veces por semana, crea que el Estado le saca a él y lo reparte”, sintetiza el analista.
“Donde no está el Estado, el sector privado puede aportar su granito de arena”, dice Juan que acaba de recibir una donación de cinco estufas de una empresa para que regale entre gente necesitada de un comedor del barrio de Pilar, y resalta “que no se malinterprete, no estamos haciendo populismo”.
En definitiva, en nuestro país siempre existió un núcleo duro que durante las elecciones optó por alternativas de derecha. Lo novedoso de estas épocas es la profundización, es decir, la aparición de partidos nuevos que se posicionan más a la derecha que los ya existentes. Con viejas ideas, pero con nuevos slogans: “viva la libertad, carajo”.
