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La revolución será drag: Sasha Velour milita un mundo mejor

OOpsss I did it again, dice Britney Spears en una canción que forma parte del show de la drag queen más glamorosa. Y es así: una vez más, Sasha Velour sacude al mundo dejando caer sus pétalos para gritar que un mundo sin etiquetas y más libertad es posible.

Un juego con call to action: no rendirse. Un cuento de hadas dark: donde no hay barbies. Teatro de revista revolucionario: donde se reivindica la diversidad. Canciones pop de distintas generaciones y algún que otro tema que también sonaría en una radio de rock. "Intermission" dijo presente en el Teatro Coliseo y Buenos Aires abrazó a Sasha Velour, la drag queen más glamorosa que vivió (y ganó) la carrera de RuPaul. 

"Muchas gracias por recibirme tan bien. Tengo mucha suerte de tener esta oportunidad, de viajar por el mundo llevando mi arte drag y de conocer a tanta gente y artistas increíbles como ustedes. Cuando más viajo más veo que somos tan iguales: todos jugamos, todos soñamos, todos nosotros amamos. Todos merecemos la libertad de ser nosotros mismos", dijo Sasha ante la ovación de un público que, en su gran mayoría, estaba acorde a la ocasión: mucho makeup, peluches (para combatir el frío), brillos, coronitas y colores. 

Su paso es elegante y firme, aunque no soberbio porque realmente agradece la posibilidad de estar arriba de un escenario compartiendo su arte (el cual es cuidado en lo estético y necesario en el mensaje). Bromea todo el tiempo y dice que aunque no sepa bailar bien logra compartir lo mejor de sí y le recomienda a todo el mundo que siga ese ejemplo: "Hay una drag queen o un drag king en vos, dejalo salir"

El espectáculo que preparó Sasha es impecable. No tiene una sola fisura y tampoco improvisaciones: hay un guión que sólo se rompe en momentos puntuales, que es cuando corta para hablarle a la audiencia y el resto está diseñado segundo por segundo, centímetro por centímetro. La pantalla y vestuarios son sus grandes aliados. Hay imágenes que se ven de fondo y otras que son proyectadas sobre su cuerpo, su piel. Los colores son brillantes o vibrantes en tonos flúo pero la oscuridad nunca se va: se habla de desesperación, de angustias, de necesidad de cambiar lo malo. 

Escuchamos canciones de Britney, Celine Dion y Deep Purple. Tenemos la icónica pieza que le dio la victoria en la novena temporada de Rupaul: un outfit rojo y los pétalos de rosas rojas volando por el escenario. Se pone intenso y hasta llega a cabezar una botella de champagne. Y cierra convirtiéndose en un ángel. 

"Cuando estamos en drag, rechazamos de forma juguetona nuestras suposiciones sobre cómo 'debería' actuar un hombre o una mujer", había escrito para The Washington Post Sasha, artista de género fluído que nació en New York. Y ahí es donde está su aporte revolucionario, claramente. El romper con lo preestablecido, en salir de gira por distintos países demostrando que se puede luchar desde distintos lugares por una vida sin etiquetas y más libertad.



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