Algunos ítems en los que la enorme mayoría de la sociedad tuvo que hacer recortes o privarse de ellos son: Supermercados, Restaurantes, Electrodomésticos, Tarifas de Gas, Luz, Agua, Transporte Público, Combustibles, Bebidas, Alimentos, Azúcar, Chocolate, Golosinas, Pan, Cereales, Medicamentos, Gaseosas, Jugos, Prepagas, Educación, Prendas de Vestir, Calzado, Alquiler, etcétera. Y esto es producto de las políticas económicas desatadas por el gobierno de Javier Milei. Recibió un país en llamas y no tuvo mejor idea que apagar el fuego con nafta.
Los ingresos de la población en Argentina están siendo deprimidos hasta el ahogo en apenas unos meses por la inflación y el ajuste a niveles no vistos en más de dos décadas. El gobierno se aferra a un relato absolutamente ficticia: "inflación en baja". Es lógico que después de haber eyectado artificialmente un pico del 25% en diciembre, tras el sacudón y la recesión, no pudo aumentar más, y ese guarismo comenzó a bajar, pero jamás alcanzó números por debajo de los peores momentos del gobierno de los Fernández, y muchísimo menos acompañado de recomposiciones salariales que compensen la fuerte pérdida de poder adquisitivo de la gente.
Se estima que el consumo caerá un 10% este año, mientras que el salario real -en el sector privado formal- disminuiría en promedio un 7%.
El ingreso disponible de la población podría reducirse más del doble el año que viene debido al fuerte aumento de los precios de las tarifas de gas, luz, agua, transporte público y combustibles, que se han estado subiendo muy por encima de la inflación, impactando fuertemente en los bolsillos, con la complicidad del gobierno de Milei.
La inflación interanual a marzo fue del 290%, pero los precios de muchos bienes o servicios clave para la vida cotidiana superaron con creces esta cifra: electricidad y gas, aumentaron el 300%, bebidas alcohólicas, 302%; alimentos, 306%; azúcar, chocolate y golosinas, 349%; pan y cereales, 352%; combustible y lubricantes, 364%; medicamentos, 379%; transporte público, 385%; aguas minerales, gaseosas y jugos, 386%.
Otros que también tuvieron aumentos importantes, pero no al nivel del IPC, fueron las prepagas, con un 289%, restaurantes y hoteles, 266%, educación, 227%; prendas de vestir y calzado, y alquiler de viviendas, 149%. Y todavía se esperan muchísimos más aumentos, menos el del sueldo.
Se estima que la caída de ventas en los supermercados podría promediar un 11% en 2024, mientras que en los restaurantes será del 7,5% este año. Sólo en marzo, la caída en los supermercados llegó al 19%, mientras que los restaurantes registraron una pérdida del 6,7%.
En este contexto, los consumidores optan por los comercios de cercanía (no hacen compras tan grandes) y eligen segundas o terceras marcas, además de estar atentos y aprovechar las promociones y descuentos.
En el caso de los electrodomésticos, quedaron muy relegados en la lista de compras. Se prevé una caída del 25% para 2024 debido a que la predisposición de compra sigue en caída en los primeros tres meses del año, y en marzo, registra una caída del 66.2%, el nivel más bajo desde la pandemia.
